Cuando lees tus propios pensamientos en un libro...

... Es como si todo cobrara sentido. Dentro de tí una vocecita dice: "Eso, justo eso es lo que pienso"
Pienso, llego a una conclusión, la consclusión cristaliza en una decisión, y entonces me doy cuenta de que la acción es algo aparte, algo que puede seguir a la decisión, pero no necesariamente. A lo largo de mi vida, he hecho muchas veces cosas que era incapaz de decidirme a hacer y he dejado de hacer otras que había decidido firmemente. Hay algo en mí, sea lo que sea, que actú; algo que se pone en camino para ir a ver a una mujer a la que no quiero volver a ver más, que le hace a un superior un comentario que me puede costar la cabeza, que sigue fumando aunque yo he resuelto dejar de fumar, y deja de fumar cuando yo me he resignado a ser fumador para el resto de mis días. No quiero decir que el pensamiento y la decisión no influyan para nada en la acción. Pero la acción no se limita a llevar a cabo lo que he pensado y decidio previamente. Surge de una fuente propia, y es tan independiente como lo es mi pensamiento y lo son mis decisiones
En: El Lector de Bernahrd Schlink