SIDDHARTHA Hermann Hesse

Escucha Kamala:
Si arrojas una piedra al agua, se precipitará hasta el fondo por el camino más rápido. Lo mismo le ocurre a Siddahartha cuando se propone alcazar una meta: Siddhartha no hace nada: espera, medita, ayuna, pero atraviesa las cosas del mundo como la piedra, el agua, sin hacer nada, sin moverse, dejándose atraer, dejándose caer. Su propia meta lo atrae, él no deja penetrar en su alma nada que pueda apartarlo del objetivo propuesto. Esto es lo que Siddartha aprendió con los samanas. Es lo que los necios denominan magia y atribuyen a la acción de los demonios. Mas nada es obra de los demonios porque los demonios no existen. Cualquiera puede ejercer la magia y alancar sus objetivos si sabe pensar, esperar y ayunar.

Henri Cartier-Bresson

FOTOGRAFIAR DEL NATURAL


Fotografiar es poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo punto de mira.

 Fotografiar es retener la respiración cuando todas nuestras facultades se conjugan ante la realidad huidiza; es entonces cuando la captación de la imagen suponge una gran alegría física e intelectual.
Para "significar" el mundo hay que sentirse implicado con lo que el visor destaca. Esta actitud exige concentración, disciplina del espíritu, sensibilidad y sentido de la geometría. La simplicidad de la expresión se consigue mediante una gran economía de medios. Hay que fotograiar siempre partiendo de un gran respeto por el tema y por uno mismo.
La realidad nos ofrece tal abundancia que hay que cortar del natural, simplificar, aunque ¿se corta siempre lo que se debe? Para nosotros, existen pues dos selecciones y, por lo tanto, dos reproches posibles: uno cuando nos enfrentamos a la realidad con el visor, otro, cuando la imágenes están reveladas y fijadsas y se ve uno en la obligación de separar aquellas que, aunque justas, son menos fuertes.
Jugamos con cosas que desaparecen y que, una vez desaparecidas es imposible revivir.
Este oficio depende tanto de las relaciones que establecemos con la gente que una sola palabra puede estropearlo todo y hacer que todas las puertas se cierren.
Si alguna vez nos vencen las prisas o alguien ha reparado en tu cámara, basta con olvidar la fotografía y dejar amablemente que los niños se reunan a tu alrededor.
En fotografía, lo más pequeño puede constituir un gran tema, un pequeño detalle humano convertirse en un leit-motiv.
El fotógrafo deberá respetar el ambiente, integrar el hábitat que describe el medio, evitar sobretodo el artificio que mata la verdad humana y conseguir también que se olvide la cámara y el que la manipula. El material complicado y los proyectores impiden, en mi opinión, que "salga el pajarito". ¿Hay algo más fugaz que una expresión en un rostro?
La fotografía es, para mí, el reconocimiento en la realidad de un ritmo de superficies, líneas o valores; el ojo recorta el tema y la cámara no tiene más que hacer su trabajo, que consiste en imprimir en la película la decisión del ojo.
Una foto se ve en su totalidad, de una vez, como un cuadro; la composición es en ella una coalición simultánea, la coordinacion orgánica de elementos visuales. No se compone gratuitamente, se precisa, de entrada, tener la necesidad de ello y no se puede separar el fondo de la forma.
Trabajamos en el movimiento, una especie de presentimiento de la vida, y la fotografía tiene que atrapara en el movimiento el equilibrio expresivo.
Se compone casi al mismo tiempo en que se aprieta el disparador y, al colocar la cámara más o menos lejos del tema, dibujamos el detalle, lo subordinamos o. por el contrario, nos dejamos tiranizar por él. En ocasiones, insatisfechos, quedamos atrapados, esperando que ocurra alguna cosa; a veces se rompe todo y no habrá foto, pero si, por ejemplo, de repente alguien cruza ese espacio, seguimos su trayectoria a treve del cuadro de visor, esperamos, esperamo... disparamos, y nos vamos con la sensación de haber obtenido algo. La composición tiene que ser una de nuestras preocupaciones constantes pero, en el momento de fotografíar, no puede ser más que intuitiva, ya que nos enfrentamos a instantes fugitivos en que las relaciones son móviles.
A menudo oímos hablar de "los ángulos de toma de vista" cuando los únicos ángulos que existen son los ángulos de la gemotría de la composición. Son los únicos ángulos válidos y no los que consigue el tipo que se tumba en el suelo para "obtener efectos" u otras extravagancias.
El manejo de la cámara, del diafragma, las velocidades, etc., tiene que ser un acto reflejo, como cambiar de velocidad en un coche.
Viviendo es como nos descubrimos a la vez que descubrimos el mundo exterior; este mundo nos da forma pero también podemos actuar sobre él. Debe establecerse un equilibrio entre esos dos mundos, el interior y el exterior, que, en un diálogo constante, forman uno solo, y ése es el mundo que debemos comunicar.