El cerdo que se comportaba como un perro

Quinín es un cerdo de un año que vive en Dumbría, Galicia. Su historia ha trascendido a los medios como la de "El cerdo que se comportaba como un perro" y en poco tiempo ha ganado una fama que lo ha llevado a aparecer en varias cadenas de TV y en prensa escrita.Siempre ha sido tratado como su compañera, la perra Tila, con la que juega asiduamente. Ambos obedecen a su cuidador, comen de su mano, y juegan entre ellos y con los niños del lugar que vienen a ver el espectáculo de complicidad, empatía y buena relación que puede establecerse entre especies. El propio cuidador del animal, Antonio Caramés, dice que son "amigos" y quienes le conocen afirman que sólo le falta hablar.
Sin embargo, esta no es una historia con final feliz.
A Quinín le quedan dos semanas de vida, ya que Antonio ha decidido que los jamones que podría sacar de sus 200 kg. de peso son más importantes que su humanización, el valor educativo para los muchos niños que visitan al animal, y el valor simbólico que atesora a través de sus constantes apariciones en televisión o prensa escrita, donde ha conseguido demostrar la sensibilidad, adaptabilidad y socialización de la que son capaces estos animales, tan inteligentes y sociales como desconocidos para nuestra cultura.Antonio tiene la intención de matarlo con sus propias manos.
Ya no es un amigo, es carne fresca.
Desde AnimaNaturalis hemos conseguido el compromiso de un refugio que le garantizaría unas buenas condiciones de vida durante todo su ciclo vital. Pero por desgracia, Antonio ha visto la oportunidad de comerciar con la vida de Quinín y hacer el negocio de su vida. En un principio pidió 300 euros por el animal en concepto de gastos, y se inició una colecta popular entre la gente que resultó conmovida por la historia del animal. Actualmente pide 12.000, cifra que va en aumento con cada aparición en TV de su "amigo", y con el agravante de que dicho dinero se invertirá parcial o totalmente en comprar nuevos animales para repetir la historia.
Ya no es un amigo, es un negocio.